Te amo, amo cada cabello tuyo,
te espío en mis cuadernos
entre blancos espacios de rayas azules
donde la luz se mezcla con las ideas,
con la bombilla ancestral que hizo rodar la primera rueda...
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Te invento cada dia un millón de nombres,
te beso con delicadeza
con la paz de un tornado a veces,
voy recorriendo tu espalda con certeza de relámpago
y sueños que vienen desde los tiempos de lluvia.
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No quiero que te desvanezcas, quiero que seas
precisamente lo que viene detrás de tus labios,
porque la ternura, suspiro de hadas, habita los castillos
que rodean el azúcar de la fábula,
y es el sentimiento, ese palpitar galopante,
quien enciende todas sus lámparas a mitad del encuentro.
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Es el mundo la pizarra donde te reinvento,
a veces te borro, a veces me deleito en ti,
aun no logro captar tu sonrisa.
Busco tu verdad, el borde del mar donde el sol
se bebe las olas a sorbos,
y veo esa línea que hace temblar a un hombre
frente a una mujer.
Además te quiero, desde hace tiempo.
Hace frío.
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A.
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