Estoy tranquilo almorzando, cuando de repente noto una pareja, un no-asiatico con una joven asiatica, muy elegante.
Me siento como Dracula en un banco de sangre y -por ningún motivo en particular- comienzo a pensar en una persona que conozco que tiene los ojos chiquitos.
Como no la tengo a mi lado, mas o menos como que me quejo interiormente con el Gran Arquitecto del Universo.
En esas estoy, cuando de repente en otro lugar mas cercano a mi viene otra pareja, pero esta vez la joven (asiatica) es super hermosa y la pareja es (adivina que) otro no-asiatico...
Y cuando apenas intensificaba mis quejas al de allá arriba, recordé de repente algo que me dijo mi tía Marta una vez: " Al que no le gusta el caldo se le dan dos tazas".
Ni modo, Quasimodo.
Lo tendré en cuenta para la próxima.
A.
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