November 28, 2016

Doble disciplina.


En los días felinos de mi corazón atribulado
quedo atrapado por la perfidia
de aquellas que huyeron a por cobija
de tempestades que no han acampado.

Y se ríe el destino en su sorpresa
y se cansa el pendulo en su colgar
que no estas tu para saberlo
y yo quizás no ya para contar.

Pero entérate que la marea no ha vuelto
- en cien años- a ser tan alta
como cuando las gaviotas de tu cielo
sobrevolaban mi barca.

Y ahora solo me queda disciplinar
a mis corceles desbocados
que se lanzan a buscarte por las noches
mientras mi corazón te busca por los tejados.

A.

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