He encontrado en ti, en tu pelo,
el cordel dorado que ata la luna
de mi dedo anular
y le da vueltas, y gira al andar.
En ti he visto, en tus senos,
cien caballos blancos trotar
corriendo salvajes por entre dunas
y perderse a lo lejos en el mar.
He tenido en ti, en tu vientre,
refugio, abrigo y pan
tesoros escondidos
que me has entregado entre suspiros.
En ti,
En ti, reina mia,
He encontrado la sal de la vida.
...El delirio y la paz.
A.
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