Algunas cosas -como el Amor- nunca cambian.
Siempre están ahi...
mirándonos a los ojos a medianoche
-con fe de niño huerfano
y esperanza eterna, indeleble-.
Como gran mancha de acero
cual tentaculo incansable.
Y así es como es.
A travez de los tiempos
...y la implacable distancia.
La mejor excusa del gran papa
para seguir girando .
A.
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